Te juro que no siempre fui quien soy,
Con una sonrisa precisa
O un abrazo inminente,
Nunca fui la chica de fuerza que llevaba todo a su paso,
No fui la de sostener almas sin consecuencias,
No fui la que amas ahora,
Y con miedo a pensarlo,
No soy quien tú crees amar
Me rompí, me quebré
No un solo vaso
Toda la vajilla en pedazos,
Aprendí a guardarme,
Con recelo,
¡Si!
Con el miedo intacto aprendí a sonreír,
Y es que las vigas de este edificio siguen débiles
Y las paredes siguen grises
Como explicarte,
Que jamás hubo bases distintas a las que sigo viendo ahora,
Miedos con trucos que disfrazan el sin sabor de sueños erguidos,
Sonámbulos,
Pintando cuentos que nunca serán ciertos
Y es que entiendo,
Que la historia es igual con caras distintas,
Y me escondo,
Siendo la misma niña que alguien en sus manos quebró,
Y con muralla, con armadura y una mirada lejana, serena… perdida
Amo, sin saber hacerlo y callo,
Porque hablar siempre fue la respuesta equívoca a los gritos de mi interior,
Y corro esta cicatriz para darle pie a nuevas, cortas, largas y profundas.
A laceraciones que me recuerdan cuan viva estoy,
Cuan extraviada ando,
Y no encuentro suelo firme,
Porque descubro que amo puentes rotos, vanos y vacíos, de caminos que no llevan a ninguna parte,
Y concluyo,
Que amar no importa, no vale, no sirve
Porque sostenerte de manos vacías te sacian,
Te absorben,
Te dejan sin nada…sin ti