Castígame Señor por mi pecado,
pues debo merecerlo por justicia.
Si busco la bondad, hago lo malo
y visto mis deseos de malicia.
Las claras intenciones que me nacen
muy de pronto traicionan mi confianza.
Y a malos intereses satisfacen
gritando como locos su venganza.
Imploro tu bondad, pues en tus manos
rectitud y equidad son un caudal.
Me sabes pecador pues soy humano.
¡Castígame Señor, según mi mal!