Te esperé tantos días. ..nunca más regresaste.
Marchita me quedé.
Un otoño me trajiste.
En cada deshoje ., fui perdiendo la fuerza.
Y lo que ayer crecía hoy se muere por tú ausencia.
De nuevo espero a tu primavera! esa que besa dulcemente mis hojas.
Y en la espera me alimento de esta savia., mi soledad!.
Te esperé tanto tiempo que mis hojas otro otoño padecieron.
Qué engañosa es la ilusión que hace ver primaveras donde sólo hay inviernos.
Y es tan fría la decepción
que te cala hasta los huesos.
Es tan fría la desilusión que el corazón se me congela sin yo quererlo.
Pero el tiempo todo lo cura hay que agarrarse a ese cuento.
Y yo desde aquí os digo que tal vez sea cierto.
Porque aunque el frío y el vacío permanezca por largo tiempo.
Llega un día que te despiertas y aquella ilusión y aquel sentimiento se desvanece por falta de sustento.
Ya puede convivir contigo sin dolor y sin sufrimiento.
El corazón se descongela de nuevo...se prepara para otro reto.
Primando esta vez lo aprendido
Y evitar caer de nuevo en las garras de otro duro, frío y largo invierno.
No olvidando nunca!!
que de primavera se disfrazan muchos.
Ofreciendo flores, sueños y falsos besos.