Mercedes Bou Ibáñez

Un 19 de Agosto

 

En fecha todavía incierta, entre el 17 y el 19 de agosto de 1936, el poeta andaluz más universal es fusilado en algún lugar cercano a la fuente Grande, junto al barranco de Viznar (Granada), convirtiéndose en mártir de la causa republicana. 87 años después su muerte continua siendo un misterio.


Hexadecasílabos en hemistiquios 8-8

Un diecinueve de agosto/ lloró en el cielo un torero
por la sangre derramada/ en el olivar del miedo, 
mientras un sueño lloraba,/ a las seis de la mañana 
y los lirios de la vega,/ alzaban su blanco cuello 
vigilando la vereda.

A las seis de la mañana;/ de un diecinueve de agosto,
gritaba Sánchez Mejías/ desde una plaza sin ruedo,
de subalterno San Pedro,/ San Juan de banderillero,
clamando desde la arena/ llantos de poetas muertos
enmudecen al silencio.

A las seis de la mañana/ sentí su sangre en mi rostro
y un coro de serafines/ rasgueó por peteneras
y sonaron las guitarras,/ haciendo fiesta en el cielo,
para celebrar la entrada,/ del alma de un gran poeta
que nació \\\"pa´\\\" ser eterno.

Sin cuernos largos ni toro,/ con un viento de lunares
iba llorando un palomo/ con el alma destrozada,
un diecinueve de agosto/ a las seis de la mañana, 
mientras el sol ya peinaba/ la raya del horizonte
y los perros despertaban.

Sangró de golpe la yerba/ a las seis de la mañana 
y aquel olivar tan verde/ cambió del color el tono
como el de aquel que llevaba,/ toda la muerte en su rostro,
a las seis de la mañana,/ ¡de un diecinueve de agosto
en que la muerte acechaba!

Un diecinueve de agosto/ fue la mozuela a llorar
a la orillita del río,/ a las seis de la mañana, 
aquella, la enamorada/ de un gitano de tronío,
que le pelaba la pava/ cuando no estaba el \\\"marío\\\",
sin saber que era casada.

Sangraron las amapolas/ un diecinueve de agosto,
enmudecieron de golpe/ en el mar las caracolas, 
se disfrazaron las piedras/ alrededor de la hoguera
y las gitanas lanzaron/ a los vientos las tijeras
buscando venganza eterna.

Agosto quiso borrar/ el día del almanaque 
y el trigo dijo en la era,/ con la voz de un alma en pena; 
\\\"Qué termine ya la trilla,/ que coman pan de panizo
aquellos que le arrancaron/ a Granada el mejor hijo,
la mejor flor de la vega.

Mudas también se quedaron/ sombras negras del cortijo,
y las ranas dando brincos/ hacia el cielo se lanzaron
pidiendo justicia a gritos/ para un rey de los gitanos
que expiraba en el camino/ con su sangre haciendo un charco,
pintando rojo el tomillo.

A las seis de la mañana/ el sol salió sin sombrero, 
un diecinueve de agosto/ en que un toro traicionero 
derramó de una cornada/ toda una vida de versos
tirándola por los suelos,/ a las seis de la mañana
de un diecinueve de agosto.

Un diecinueve de agosto/ ráfagas de viento helado,
tiñeron de rojo el cielo/ con la sangre derramada
de un hombre de cuerpo entero/ que de bruces en el suelo
dejó grabados sus versos/ por siempre en el universo
de todas las almas buenas.

Mercedes Bou Ibáñez