Gerardo Luna

ÁNGEL SIN ALAS

Hoy tuve el privilegio de atestiguar,
Al menos para mí fue algo insólito,
Algo qué jamás hubiera imaginado,
Es más; ni siquiera lo hubiera soñado.

 

Me acerque hacía la ventana y lo ví,
Ví un ángel justo frente a mis ojos.
Era un ángel diferente, sin alas,
Con una forma terrenal, humana.

 

Supe su historia con solo una mirada,
Porque no vi sus ojos, sino su alma.
Quedé admirado por lo mucho que amá 
Y tan triste por lo mucho que extraña.

 

Extraña tanto un cielo al que sabe no puede volver,
Y amá tanto estar vetado por elegir a una mujer.
Tiene un poco de remordimiento con aquel que lo creó,
No entiende porque lo desterró, si según el predica amor.

 

Volar, cómo puede seguir deseando volar,
Si su falta de alas lo convierte en mortal.
Cómo puede ser tan fuerte al no querer gritar,
Si la herida de su espalda nunca va cicatrizar. 

 

Dicen que si un ángel pierde sus alas
Pierde por siempre todo, y es tan doloroso,
Qué algunos incluso, súplican a la muerte
Los llevé; a cualquier parte, pero que los llevé.

 

El pide algo completamente diferente,
Pide a la muerte que al cielo lo llevé
Para agradecer a Dios haberlo corrido del cielo,
De lo contrario no habría podido conocer el paraíso.

 

Su mujer le agradece a diario su sacrificio,
Aunque sabe que ser hombre no es su oficio.
Aún sin sus alas, el sigue haciendo un milagro,
A diario enamorar a su mujer, no hacerle daño.

 

Ella sabe que el sigue extrañando, deseando;
Volar, cómo puede seguir deseando volar,
Si su falta de alas lo convierte en mortal.
Su misión ya no es obedecer, es amar... Solo amar.

 

Después de saber todo ésto, no pude evitar preguntar
¿Por qué venir a visitarme aquí hasta el ventanal?
—Te vine a recordar que aún sin alas se puede volar,
Y qué aún sin ser un ángel, es un milagro poder amar.—

 

Su voz era tan cálida, tan suave y tan celestial,
Sus palabras fueron tan fuertes, tan profundas
Que no hubo más reacción en mí, que llorar.
Entendí mientras lo hacía, que se puede desear volar.

 

El ángel me dijo 3 cosas que no quería que olvidará:
Primera; llegar al cielo no significa nada si como terrestre no se ama.
Segunda; Volar no tiene que ver con alas, tiene que ver con lo que deseas.
Tercera; La muerte es un ángel que siempre llega, pero nunca se espera.

 

Antes de irse le pedí que tampoco olvidará mis palabras:
Primera; lo que hace a un verdadero ángel, es la guarda de quien ama.
Segunda; cualquier ser que renuncié a su hogar por amor, es un ser de fé.
Y la tercera y más importante; no importa si es en vida o en muerte... Todos podemos volar.