Las páginas de tu vida
escríbelas con amor,
no temas equivocarte
porque siempre hay un error,
un gazapo que se cuela
en nuestro mundo interior,
un borrón, una hoja en blanco
que dejamos de escribir
por miedos o por desidia
por cansancio o por temor
y que nos queda pendiente
y no nos deja seguir
hasta llenar el vacío
que no supimos cumplir;
los proyectos fracasados,
los sueños que al despertar
se mutan en pesadillas
que debemos afrontar.
Escribe, borra y arranca
las páginas arrugadas
pero no te quedes mudo
agazapado en tu silla
que no hay error más perenne
que el miedo a la realidad
que dejar el libro abierto
en blanco y sin acabar,
porque un golpe de mal viento
un día lo cerrará
y no habrás escrito nada
que pueda justificar
los años desperdiciados
sin amor, sin rebeldía
dormitando en una piara
día y noche, noche y día
hasta que venga la parca
y te arroje al matorral
donde arderás con aquellos
que no supieron dejar
frutos, recuerdos, futuros
en que buscar la utopía
y se pudrieron de viejos
sin frutos, flores ni vida.