Miras al sol
que ofrece en la mañana
un \"buenos días\".
Dejan caricias
sus rayos temblorosos
y algo rojizos.
Mucha ternura
se escapa de los versos
del nuevo día.
El sol comienza,
sin duda otro poema
con la jornada.
Horas y ratos
serán así plasmados
en su cuaderno.
Y cuando marche,
en busca del ocaso,
nos premiará.
Nos dejará,
sus letras y poema,
con un abrazo.
Así, la noche,
acogerá gozosa
nuestras sonrisas,
Miras al sol
que dicta, sin palabras,
en tu cuartilla.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/23