¡Oh, Argentina!
¡Oye, Argentina!
Las arenas libres
de tus playas
me llaman;
las estepas inmensas
que yo no conozco,
tan solo imaginarlas
me llenan de asombro.
Y conocer tus mares
y todas tus bondades;
recorrer tus praderas
sin zapatos, puedo,
para hacer con mis huellas
un camino nuevo.
Y quemarme con el sol
de tus cielos, quiero,
y morirme en la piel
de una piba rubia,
para saber que existes...
¡igual que la luna!
¡Oh, Argentina!
¡Oye, Argentina!
Sé que eres mucho más
que tangos y balón,
pero es por ellos
que te llevo en el corazón,
porque desde niño
amé tus melodías,
porque tus glorias anexé
a la historia mía;
Argentina: quiero
conquistarte un día
con mis palabras llenas
de melancolía.
Alberto Diago. (xE.C.)