El Creador nos forjó
con el fuego del amor,
su esencia se quedó
como tierna compasión;
el hombre manifestó
desde su fuerza interior,
la herencia que nos legó
como luz del corazón;
el amor es una entrega,
exenta del egoísmo
de una avaricia suprema;
renuncia del despotismo,
unidad de gente buena:
fraternidad de amigos...