I
Yo también dudo si podré mirarte a los ojos algún día
para decirte cómo fue que me prendí de ti.
II
Mis dudas van más allá,
busco dentro de mí la fuerza suficiente
para alcanzar tus briosas ganas de correr tras el tiempo,
al encuentro de los humores del amor eterno.
III
La incertidumbre de tenerte cerca, sobre el elixir de la vida,
los olores de la pasión, me atormentan.
IV
Dudo si viviré para siempre,
muchas mujeres ansían de mi la eterna presencia,
para mirarme todo, para tocarme con gracia,
para besarme como un niño.
V
Dudosas ganas tengo, pues no sé cómo mirarte cuando estás tan cerca.
VI
Equivocadas sensaciones amenazan con exaltar mi corazón y detener el torrente emocional que corre por mis venas.
VII
Dudo que amaré eternamente, pues la muerte persiste en acortar los deseos,
dudo que mi muerte sea temprana y dudo finalmente que mis dudad sean razonables.