En muelles de plata, mi sintonía, tu cintura,
Danzan, estrelladas y sin pena, este sueño.
Cómo blasón ardiente, callas y ganas.
Pero yo, otrora impasible, presto a finura,
Me desmorono ante su cuello.
En tu vaivén de gata, su armonía, mi locura
Parece cotidiano, viejo, lugareño.
Pero tú, inmarcesible, de tal estatura,
Eres rosa roja, y yo destello.