Por los pobres voy cantando, mi canto;
y mi canto reclama… ¡Libertad!
Como buen compañero, desgarganto,
este canto con toda potestad
por dolores que provocan quebranto
y hoy mi verso les dice una verdad:
«El acero, a pesar de su dureza,
no es tan duro como la vil pobreza».