Un error fugaz o una coincidencia nada más.
Puede que te hayas equivocado o fui yo el
desafortunado, pero el caso es que nuestras
miradas se cruzaron.
Puede que haya sido premeditado o
simplemente un arrebato, un deseo mundano que
exigía ser saciado.
Tal vez me pillaste volando bajo o tal vez fui yo el
que cayó bajo. Sea lo que sea, me alegra que solo
haya sido una mirada después de todo, ya no significan nada.