Aquí me tienes, rindiendo
tributo a seres inaprensibles,
comunicándome con ellos,
ya que toda cultura no es sino
un espejo donde rompernos las crines.
Reflejos del pordiosero que siempre
fuimos,
la sociedad nos amamanta, para dejarnos
caer, luego, a ese abismo de calles- cárceles-
y de estereotipos ridículos.
Pero no me aflijo, no creas; sé que
vivo inmerso en la locura, cuyas tenazas
aprietan como roscas mal avenidas, mi cuerpo.
Y voy, como la mosca a la mierda, dando
bandazos, pudriéndome por dentro.
©