No tienes un enemigo
porque pisar este suelo es como nadar en todos
por los canales abiertos en las personalidades.
No tienes un enemigo.
Los espacios mudos sostienen la vida como posibilidad,
vibran con un pacto cuando los ojos resuelven
las imágenes incompletas
deseosos de culminar en lo extraño,
amando lo extraño,
o desconfiando del terruño estático y aprendido.
No tienes un enemigo
en la aventura por lugares exóticos.
Lo remoto y distante trama una línea de fuga,
un microcosmos interior desnuda perfumes del despertar,
un descanso contemplativo entrama de horizontes.
©JoséLuisGalarza