Cuento Corto: La Inteligencia
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
Seudónimo: EMYZAG
Había una vez una zona aledaña a un monte llamado el monte de los Pripirito. Y en esa zona de los Pripirito vive un joven llamado Liyurito con sueños de crecer en el mundo de los negocios. Y en la zona habían tres viejos sabios y cada uno tiene un don para el joven que se llama Liyurito. Liyurito sabe que la vida no es fácil. Y él sabe que la inteligencia humana jamás podrá ganar a su estado de hombre inteligente. Y los tres viejos sabios le dicen a Liyurito que si puede hacer un juego entre la razón y la memoria y la mente, y es éste juego como lo es el ajedrez. Liyurito, colocó al afil y a la reina en un vil ataque protegiendo a su rey, pero, no tuvo escape ni salida cuando un peón del contrincante pudo realizar la jugada más perfecta y fue un jaque mate protegiendo al peón con una torre y sin poder mover del escaque quedó su rey. Y fue una sola memoria, una sola razón, y una sola mente, si juegan con una sola inteligencia en que se debate una sola espera de la sola inteligencia, pero, no logró hacer lo que hace el juego del póker una carta mayor a la que tiene su oponente ni poder ganar en ese ajedrez inventado en la mente, memoria y con su propia inteligencia. Los tres viejos sabios tienen un don sabio para Liyurito. Uno es inteligencia, y el otro memoria, y el otro mente. Y Liyurito aprendió del primero que la inteligencia es ser como un sabio dejando entrever que ser inteligente es como ser una máquina o ser un robot, y que la memoria guarda recuerdos, pero, se dijo que no guarda la vida y del otro sabio con la mente se dijo que la mente es buena es saber de cosas, pero, que la mente se va como el transcurso del tiempo. Y aprendió Liyurito a que el cielo se torna exasperante y de color gris y que a veces se torna de color azul celeste y Liyurito, les dice a los sabios que la inteligencia, la memoria y la mente es igual, pues, a veces ofrece su saber, pero, otras veces no. Y los tres sabios que eran tan sabios como Dios, les dicen a Liyurito que la inteligencia es un don que te otorgo, y el otro sabio el de la memoria, también le otorga la memoria y el otro sabio le otorga la mente. A lo que dijo Liyurito que no recibe nada de ellos, que él tiene que pensar y pensar y así ser inteligente y que la inteligencia, ni la memoria ni la mente, le otorgan nada. Y Liyurito quedó sin los tres dones de los tres sabios. Y Liyurito fue listo y astuto, pero, no sabio como los tres viejos con dones. Y sin pasar la vida pensando y pensando y fue listo y astuto y audaz, pero, le falló algo en la vida de los negocios y fue en ser inteligente, tener memoria y mente. Y, Liyurito, fracasó desde que de los tres viejos no quiso a sus dones en su vida ni existencia, y fue viejo y cuando murió se dijo para sí, que la inteligencia, ni la memoria ni la mente, los dones que no quiso de los tres viejos sabios, le ofrecieron libertad, pues, el otro compañero se vio enredado en un intelectivo mal percance en su destino y no fue libre sino que más y más fue apresado por disturbios en los negocios por tener sí los tres dones de los tres viejos.
**~FIN~**
Moraleja: ¨Creer en uno mismo¨.