Las historias son tuyas, las palabras son mías
las cosas no son de nadie, y tuyas las cosas mías
Las texturas, los olores, los soles de aquellos días
la vista de la montaña y las estrellas de arriba.
Los rincones vacíos, los silencios no rotos
las noches de luna llena y las de cielo nuboso.
Las borracheras tempranas y las resacas tardías
el espacio en que camino… la muerte llegando el día.
En nuestros niños resalta esa grandiosa sonrisa
en nuestros niños se esconde esta mirada perdida
ante tus ojos de plata, niños son todavía.
Mirando un reloj de arena se me fue la juventud
pero a mis mejores años te los llevaste tú
Cuando la arena termine de bajar por mi garganta
te encontraré en la arena, pero en la arena en la playa.