ninfadora
ESA HABITACION
Las paredes de esa habitación son recortes de nuestra propia sed carnal,
Ahí de pie separados por visiones y fantasías que nos evocan,
Sin que nada impida saciar la ambición de nuestras almas,
Somos siluetas que se descubren sin a vergüenza de un pecado,
Esa habitación es el cobijo de la desnudez del alma,
Es la naturaleza que nos empapa sin miedo a lo prohibido,
Es el santuario de lo más divino y delicado del espíritu,
Es el templo de los sentimientos más profundos nunca profanados,
Sin pensar, sin hablar y con ese lenguaje,
del más limpio y elocuente silencio,
Entre sedas y satines entre plumas y cortinas cerradas,
Hombre a mujer, sexo a sexo comienza la felicidad y la gloria...
De las almas que se buscan, se reconocen, se poseen...
Con suspiros y silencios nos deseamos,
Entre humedad y gemidos nos encontramos,
Tu sigilosa mirada me desnuda,
Mi suave aliento te enmudece,
Te alimentas de mis labios con tu lengua incitante,
Para regalarme en la boca la savia del sentimiento mas puro,
Y saborearnos el elixir del amor y la locura,
Para volar por los hedonismos de nuestra propia posesión,
Sin miedos, sin prohibiciones en esa habitación,
Recorres mi cuerpo con tu boca cauteloso,
Recorro con mis besos serenos ,
tu piel estremecida de pasión desorbitada,
Erizas mi piel con tu aroma que arde en mis sentidosm
Te excito con mi virginal cuerpo que en llamas calcinantes flota,
Llenas con el agua deliciosa de tu ser cada parte de mi cuerpo,
Te desgarro lentamente con mis manos hasta llenar tu alma,
Y quemar con mi sudor tu corazón que se desase con mi carne,
Me embelezas con tus manos cautivas de mi ser electrizado,
Me tomas, me seduces, me hechizas entre tus brazos...
Que se ahogan en ese mar de fulgor y calidez absoluta;
Me entrego a ti en mi total desnudes con el alma emocionada,
Te entregas a mí en total plenitud de tus emociones,
En esa habitación no hay nada oculto ni nada que sea pecado,
Me incitas a cada instante para cruzarte indagadora y salvaje,
Y poseer de ti el volcán irascible de tu ser irrefrenable,
Te domino con mis ojos de embrujo de seducción arrebatados,
Poseído de mi cuerpo incauto y lacivo
me posees con boca de fuego arrebatada,
Y tomas de mí a tu antojo el brebaje divino mi sexo virginal,
Y hurgas en mi cuerpo con provocación incitante,
Y en encuentras en el un paraíso de placeres seductores,
Y busco en tu ser vivificante de delicias inspiradoras,
Para en encontrar en el un olimpo de deleite fascinante,
Y nos sumergimos en el instinto del amor glorioso,
Para navegar en la sublime conmoción de nuestros cuerpos,
Delicado, majestuoso en mí te siento dentro ...
Y te hago descubrir con embriaguez enamorada,
El misterio de mi sexo humedecido con el sudor quemante de tu carne,
Me deseas con ese aliento que me roba los gemidos,
Para beberme completamente y embriagarte de mi,
Te deseo con ese soplo húmedo de tus suspiros,
Para beberte entero y emborracharme de ti,
En esa habitación la oscuridad es nuestra aliada irresistible,
Me sientes tuya asta el crepúsculo de tu cuerpo enardecido,
Te siento mío asta la aurora de mi carne y mi sexo desmayados,
Me fundo con tu carne y me hago parte de tu sexualidad,
Que extasía, me arrebata, y me enajena en el calor y el rocío,
De mi propias emociones agitadas de tu palpitante sexo salpicado,
Por las gotas naturales de mi ser mojado en ese licor de sensual sabor
Que te seduce y te transporta al cielo extasiado,
Nos recorremos sin descanso entre silencios que arrebatan quejidos,
Nos amamos sin fatiga entre caricias
y susurrantes palabras que vibran en los oídos,
Me tomas y viajas por mi sexualidad llenadote de mi calcinante aroma,
Me llevas a la gloria de la hipnosis del amor silente,
Que no necesita de las palabras para ser intuido,
Nos pertenecemos ya somos uno en amor,
pasión y dulzura ilimitadas,
Entregados aquella lujuria de orgasmo eterno benevolente y virtuoso,
Que nos traspasa las entrañas de sensualidad provocativa,
Con los deseos delirantes de nuestros cuerpos jadeantes,
La vela que acompaña nuestro viaje de devoción,
y sexualidad idolatrada e derrite por el fuego,
y el vapor del nuestro corazón enloquecido,
La oscuridad nos acompaña y nos penetra en cada poro,
Con esa luz de luna que nos lleva al cielo más divino,
En esa habitación el tiempo ya no es tiempo las horas son eternas,
Sofocados por los placeres de nuestro sexo palpitante,
Fundidos en un sola pasión irrefrenable y agitada,
Bajo la luz virginal de un sol flamante y pleno de ternura;
Nos envuelve en ese calor de amor y de dulzura,
Para convertir esos momentos en un eterno idilio cortesano,
Deleite del amor inmaculado...
Frenesí del silente suspiro en el corazón apasionado;
Sueño y fantasía, verdad y algarabía
Viaje y afán de la voluntad idealizada,
ensueño y sed de dos seres..
que se evocan...
se susurran...
y se aman.