Bajo el sol de nostalgia caminé,
de vuelta al barrio donde crecí,
tras muchos años, por fin regresé,
a aquel rincón que en el alma tengo aquí.
Las baldosas gastadas aún están,
guardando risas, juegos de antaño,
la rayuela trazada en su lugar,
recuerdos que en mi mente son extraños.
El canto de gorriones no ha cambiado,
melodía que en el viento se desliza,
como un eco de tiempos ya pasados,
cuando el mundo en sus alas me hechiza.
Pero un encuentro especial me aguarda,
un viejo amigo, un rostro arrugado,
una sonrisa guardad en cajita de cristal,
historias de infancia que aún en mí crecen.
Mi viejo vecino, no te reconocí,
el tiempo ha dejado su marca en tu piel,
pero al mirarme, vi un destello en tus ojos,
memorias que el tiempo no atropella.
Un caramelo del bolsillo extrajiste,
como lo hacías en días infantiles,
un gesto sencillo, pero que persiste,
y mi corazón se llena de matices.
En este regreso al lugar que amé,
encuentro tesoros que el tiempo no borra,
la niñez en mi alma revive otra vez,
y el barrio recobra su magia a pleno.
Así, entre juegos y risas del ayer,
la caminata casual se convierte,
en un viaje en el tiempo que alberga placer,
y en mi corazón, para siempre, perdura y vierte.
A.B.A. 2023 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina
Imagen
Nydia Eugenia Romero Rollinat
Montmorency, Francia
Arte Contemporáneo, Oleo 46 x 50 cm