“-Desenmascarado -dije dándole unas
palmaditas en el hombro-.”
Franz Kafka, “Desenmascaramiento
de un engañabobos”, en Ante la ley.
Quise desenmascararlos a todos,
derrumbar la ficción de una vez,
arrancarla de los rostros,
exhibir las máscaras y el engaño,
dar un mazazo al cristal del panóptico.
Hallé la comunicación infestada:
una pantalla, una escena y un espectador.
Una pandemia de tiempos remotos,
hacedores anónimos y orgánicos.
Un organismo vaciado, un todo saturado.
Hallé a la par otro espectáculo
inesperadamente resulté espectador.
Las casillas acumulan la soledad
en multitudes,
reúnen el rebaño los basureros.
Las cajas apiladas nos archivan.
Clausuran la esperanza y nuestro encuentro.
Tú y yo tenemos tanto que decirnos
en el silencio abismal de los hechos,
podemos detener la presión en el pecho,
el dolor de cabeza y los miedos.
Hay más sangre en nosotros para dar.
Y entender. Desenmascararlos
y darles una palmadita en la espalda.
Desentrañar y perseguir nuevos laberintos
conduce siempre al mismo punto.
¿Qué hacemos si nadie quiere desengañarse?
¿Si no quieren arrancarse los ojos?
¿Si el descanso en ciertas ficciones es su felicidad?
Si sólo hay engaño, ¿qué hacemos?
-¡Desenmascarados! –dije… y no había máscara-.
©JoséLuisGalarza