Cubierta en seda escarlata...
Ligera...
Con las mejillas bañadas en granada
y labios cereza...
Ella a él se acerca.
Con el fuego en la mirada...
Jadeante del alma.
Mientras él sin perder la cabeza
entona una melodía a su amada...
Con la pasión en sus yemas.
Ella lo observa, cruza las piernas sobre el sofá...
Las aprieta...
Suspira...
Para dejar que termine su sonata.
Pues se muere por un roce de sus manos...
Por un beso de su labios.
Él la seduce con un guiño...
Y sonríe excitado.
El juego complace a ambos.
Un juego de seducción.
Que expide olor a deseo en sus cuerpos.
Y sin hablar se dicen tanto...
Él la llama y ella sólo puede responder abrazándolo.
\"Delicioso\" - piensan los dos.
Esa esencia...
La respiración...
Dos corazones palpitando a un mismo ritmo.
De pronto, desaparece todo...
No existe tiempo.
Sólo el preludio de un encuentro apasionado que apenas empezó.
By Diana Janeth Reyes Díaz.
(Diana Reydz)
Escrito el: 07/08/23
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