Amada mía, ¿Esta noche dormirás tranquila?
¿Y si se cuela un intruso y se corre entre tus sábanas?
Y te eriza la piel con su aliento abrasador...pero, tibio.
¿Y con manos toscas y a la vez sedosas,
explora cada rincón de tu cuerpo...y te desnuda el alma?
¿Lo recibirás tierna y a la vez apasionada?
¿O acaso con desdén de tus ojos,
con indiferencia lo rechazarás?
Si eso hicieras, la locura sería su fin
porque en ti ha puesto su esperanza
y su corazón desnudo,
en las palmas de tus manos.
Haz con él lo que quieras,
es tuyo, te pertenece
pero no lo ignores
porque lo harás añicos, trizas lo harás y
sus pedazos, como cristales de un espejo roto,
tus ojos, tu cara, tus pechos...
¡tu cuerpo entero reflejará!
y de la nada, completa te formará
y en éxtasis mis ojos absortos te contemplarán y
aunque tú, con desdén me rechaces,
en mi mente y en mi deshecho corazón,
hasta mi muerte, en mí estarás.
Yo te veré desde el más allá
en tus deseos, en tus sueños,
entonces, te juro…
¡Me vas a amar!