Te he visto dormir por tantos años que la primera vez que te oí gemir de dolor por una pesadilla quise ser yo quien experimentará lo que fuere, sin embargo, solo pude despertarte porque el miedo recorrió mi piel.
Es cierto que nadie me había querido tanto,
y verte sufrir de la forma que sea es la pena de mi alma.
Porque mi alma tímida me hace temer todo el tiempo.
Yo temo y eso es cierto, porque mi alma se a inclaustrado contigo y lloro cuando te quedas dormido sin mí
por esta ansiedad que no me deja,
por el temor de tu inconsciente;
recuerdas cuando por la madrugada,
yo despierta era tu peor pesadilla?
Es verdad que perdí el don,
que me quedé callada por tanto tiempo que la escritura se fue de mí y también puede ser cierto que a los veintitrés años sigo llorando en silencio antes de dormir, por el pánico,
por no poder decir nada de lo que he vivido
o al menos nada bueno;
es tan cierto que a ti siempre te hablo aunque tenga miedo, porque eres un buen hombre y porque hace unos años aun odiaba mi cumpleaños y hoy gracias a ti incluso mi alma lo espera.
Escribo porque faltan unos días para mi vigésimo cuarto cumpleaños y a pesar de los años aun no quiero saber ninguna respuesta,
eso que le pregunté al viento cuando cumplí veinte años,
ya no me interesa,
porque antes quise matarme pero te vi cruzando la calle apunto de consolarme,
y entonces mi corazón se estrujó,
y mis ojos lloraron al saber de tu amor.