Un velo oscuro
danza en tu intimidad,
la luz se desliza entre alma y piel.
Pasiones
detrás de tu luna.
Un camino pedregoso,
hay huellas
sobre una flor silvestre
carne despierta
de tu sombra.
El sabor de la soledad
humedece tus labios,
de restos agridulce
como vino abierto al tiempo.
Hasta la brisa suave,
moldea las alas de una mariposa,
los sueños de una ciudad,
se agrietan por la violencia,
por la palabra lejana,
por la tierra reblandecida
de sus raíces.
Una flor pierde los pétalos,
la sombra depresiva de la ciudad,
una metamorfosis que ahoga
los habitantes, esclavos adormecidos
por su propia sombra.
Agoniza flor sin pétalos…