En el rincón de mis recuerdos anclados,
Aún te recuerdo, como un suspiro eterno,
Un eco suave de momentos pasados,
Un lazo intenso que el tiempo no ha hollado.
Las sombras de aquel tiempo se deslizan,
Por los senderos de mi mente abierta,
Donde las risas y lágrimas se unen,
En un ballet de emociones despierta.
Tus ojos brillan como estrellas lejanas,
Reflejando la luz de días dorados,
Tus manos cálidas, como caricias tempranas,
En cada verso de mi ser, son grabados.
Las risas compartidas vuelven a sonar,
Como un eco lejano en la brisa suave,
Las conversaciones aún resuenan en el aire,
Como un canto suave que el viento trae.
Aún te recuerdo, en cada canción suave,
Que evoca melodías de aquellos días,
Los lugares que visitamos, como un enclave,
En mi corazón, en donde el tiempo no envía.
Nostalgia y añoranzas, en mi alma danzan,
Te traen de vuelta, como un suspiro en la brisa,
Aunque el tiempo corra, como río que avanza,
Siempre estarás en mi historia, mi dulce luisa.
Aún te recuerdo, en cada hoja que cae,
En cada rayo de sol que acaricia la piel,
En el murmullo del mar, en la noche en calma,
Eres eterna en mi ser, en mi recuerdo fiel.
Aunque el tiempo se empeñe en desdibujar,
Los contornos de aquellos días lejanos,
Aún te recuerdo, y en mi mente estás,
Como un poema que se entona en noches de verano.
Que la nostalgia y añoranza se abracen,
Pues en ellas vive el amor que no muere,
Aún te recuerdo, y en mi corazón enlazan,
Los hilos invisibles que el destino teje.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
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