Cuando te conocí
tenías la mirada desafiante
y en una melodía me envolviste.
Era cálido espacio desangrado
como las breves rosas insurgentes,
como la metralleta que dormía
en el claustro secreto de mi alma.
Tenías las auroras.
Y yo la juventud.
Guardabas un fusil en tus pupilas…
Paciente con ovejas tan perdidas
Libre sin ataduras
libre del tiempo roto por esperas
libre de mascullar todos los nombres
libre que en el silencio
amanecieras.
...
Tantas caricias eran tus palabras
que por el sabor supe qué pasaba.
Y vislumbré algo...
Era muy ácido y agrio, tan amargo .
Fue difícil llorar cuando las lágrimas
eran piedras.
Y dejé para el desolvido mis entrañas.
Y todos se desesperaron con sonrisas.
Tarde que se desvanecía
del dolor, junto a la brisa.
...
En este instante reina el silencio
reina el dibujo de tu sombra
reina la soledad.
O acaso mis ojos no ven tu luz...
¿ O será que hay un cansancio de cerros
y anocheceres?
Es seguro que tras de las nubes
estás y vendrás
como un duende de las palabras
no dichas, sencillas y deseadas
porque eres el guardián
y todos necesitamos de tu abrazo.-