Enrique Dintrans A.

CUENTA PÚBLICA CONDECORADA

CUENTA PÚBLICA CONDECORADA 

No lo había confesado, 
hasta ahora. 

Hoy he sido un Gobernante Supremo
pero debo renunciar, 
para dedicarme a estudiar las leyes
del tránsito celestial. 

Esto tiene consecuencias graves; 
especialmente para una garrapata
que me pidió ser Primer Ministro. 

Los que me acompañaron en mis breves horas
de la Alta Política Confederada
me dieron una medalla de humo, al despedirme. 

No alcancé a leer lo que decía
pero no fue necesario,
ya que el humo habló por sí mismo. 
 
En mis horas de gobierno
me dediqué a subir globos de colores,
festejar el silencio
y levantar jardines escaleras
para probar nuevas conexiones
entre la tierra y el cielo. 

Unos demonios se disgustaron
y me trataron de impostor y oportunista. 

Fui acusado de asquerosa indecencia inmoral
y sentenciado a la horca. 

Veo ángeles junto a la puerta de los jardines 
y globos que suben y bajan
mientras oigo cantos maravillosos
que brotan de las raíces
del Árbol de la Paz. 

He aquí la horca, 
He aquí el humo. 

E.D.A