En la ciudad bulliciosa de luces y prisas
Entre las calles repletas de rostros cansados
En un rincón olvidado, donde la tristeza se desliza
Y los sueños rotos... yacen abandonados
Bajo las farolas tenues, susurros nocturnos
Cuentan historias de vidas desorientadas
En cafeterías solitarias, destinos aburridos
Se cruzan miradas manchadas por la luna
El tiempo fluye en el murmullo de la calle
Los días marchan en rutinas grises
Sueños postergados, esperanzas sin detalle
En este escenario cotidiano... la realidad,
En cada frente, en cada mente,
sigue pertinente
Porque en medio de la monotonía
Aún late la vida con su ritmo sereno
En cada corazón, una historia sigue presente
En lo cotidiano, late lo humano, pleno y profundo.