En brumas te aventuras
por el mar interior a la deriva.
Quedaste sola, a oscuras,
con alma intempestiva
que fluye por su cauce y me cautiva.
El vientre fecundado
que fue un campo de tierra que nutrir.
Sangre habrá derramado
a fuerza de insistir
a sombras de las lunas por venir.
Y los mares navegas
mientras llenas la vista de dulzuras
en nobles vientos llegas
a las orillas puras
allí donde el asombro configuras.
Qué será de esa bruma
sin cultivar la tierra del amor.
Queda en playas su espuma:
el nítido fulgor
que besa la belleza con dolor.
©JoséLuisGalarza