El sol de la vida, todavía
en su aventura no me había
dejado entrever ni soñar contigo,
joven era yo, y no había mirado tus ojos,
tu talle, tu presencia, tu mirada,
llegaste como un ángel, fuiste el destello
que quiso despertarme con tu rostro bello.
Para hallar mi pensamiento verdadero,
apareciste para dar felicidad a mi suerte,
ángel, hada y mujer, tomé conciencia
de tí, y sí, mi anhelo encontré yo al verte.
Llegaste a mí con el amor del verano,
me inspiraste con un aire de mensajera,
de alta esfera, sí o no extranjera,
medio holandesa y española, de naranja suave,
tu amor celeste que me llegó y me inspiró
con el aroma de tí en en mi transpira,
y tal dicha en mi ser tu nombre escribió,
mi ángel, altar del cielo, espíritu celeste,
mi huella de amor, que seguí siempre.