Llegaste a mi.
Y el primer hálito
Fue como el de quien llega al mar
Por primera vez el salitre y el sol
Penetraron en mi, doliendo
Rasgando la tela de mi conciencia
Luego las rosas olorosas llegaron
Pero también le siguieron las espinas
Llagando las heridas de mi piel
Supurando cicatrices amargas
Clamé venganza e ira
Desaté las tormentas
Rayos, truenos y centellas
Y el caos se apoderó de mi
Ceguera de la razón
Esa que crea los peores monstruos
Mi vida se partió en dos
Creí que no seria capaz de sobrevivir
Sobre los tablones de la nao hundida
Pero fui capaz de construir una balsa
Me mantuve a flote, reme y reme
Llegué a una playa de nuevo hostil
Casi muero en la negra arena
Pues el volcán no cesa
De vomitar lava candente
Casi muerto y quemado
Tuve que resurgir de mis cenizas
Pobre ídolo de barro, frío, inerte.
Ahora todavía desmembrado
Camino por la playa ardiente
Que quema mis pies y mis alas
Como a Ícaro se las quemó el sol.
Cera derretida, corre sobre mi
Quemando las heridas, las cicatrices
No hay bálsamo que cure
Las brechas están abiertas todavía.
Quiero encontrar un hilo
Que cierre y suture para siempre
Este dolor que me mata
Pero no está en mis manos
Está en la voluntad de sanar.