Mario Rodolfo Poblete Brezzo

Décimas Surrealistas. (No aptas para santurrones)

Unas décimas livianas

leerán ustedes mismos

sobre el gran surrealismo

en escenas cotidianas.

Qué se cierren las persianas

y dispongan su atención,

el lector y la audición

qué ya sube al escenario,

alma y ser de poemario

qué hace magia en su ilusión...

 

Yo ya vine, estoy aquí

sin temer en esta arena

si mi amor es mar serena

nada más que para tí.

Yo te dije, te advertí

qué huracanes y tormentas,

para mí solo son lentas

ventoleras de una playa,

qué me siguen donde vaya

con sus brisas muy contentas...

 

Es la nada comparando

tú carácter y mal genio

y el cariño del pergenio

qué me anduvo enamorando.

Solo estamos conversando

ante todo espectador,

y algún burro dictador

más el tema cambiaremos,

para que nos fusionamos

humillando al plagiador.

 

Actuaré yo por los dos

porque así me lo ordenaste

y después me abandonaste

sin decir siquiera adiós.

Ya celoso de ese dios

qué te dio sus mandamientos,

los que solo fueron cuentos

para darte una condena,

y tomar granos de arena

de corrientes con talentos.

 

Otras cosas te habrá dicho

para lograr convencerte

de mi pecado al quererte

cuando te drogó en su nicho.

Ya no hay duda que es un bicho

además de violador,

si bendice al desamor

qué contagia la impotencia,

al que no tiene experiencia

pero es ser de luz y amor 

 

Soy así de reservado

y he callado muchas cosas

tan horribles como hermosas

siendo eterno enamorado.

Muchas veces he llorado

y he reído muchas más,

y ante todos los demás

las escenas voy pintando,

simplemente caminando

en la senda hacia el jamás...

 

El romance terminó

y al humor daremos paso

sobre un mono que al ocaso

a si mismo se humilló.

Un demonio lo libró

del pecado sentenciado,

por un plagio ya probado

litigando por su edad...

Y rogando mi piedad

en la boca te ha besado.

 

Al demonio me refiero

sin alcance al mono albino

si la rabia en mi camino

son los celos del te quiero.

Yo tengo amor verdadero

y lo vine a repartir,

porque siento que al vivir

una huella hay que dejar,

si la vida te hizo amar

ser el don que hace reír.

 

A veces pienso en matarme

como todo adolescente

pero ya tengo presente

el alivio al masturbarme.

Yo jamás podré negar

lo que nadie se ha negado,

siendo muy desprestigiado

el pecado solitario,

como reza el buen rosario

qué ni dios se ha imaginado...

 

Su pureza no es eterna

como lo es la poesía

sí hasta dios le envidiaría

ser dureza en la entrepierna.

La pasión que nos gobierna

inocente se declara,

ya que al ser que se le para

a tan avanzada edad,

es del alma potestad

decidir ser quien te amara...

 

Si los celos, celos son

yo te celo cada día

y a tu cuerpo le daría

noche y día con pasión.

No te quites el calzón

qué soy algo fetichista,

soy poeta soy artista

como escritor simplemente,

y un galán algo caliente

por tus nalgas a mi vista.. 

 

Yo no sigo la tendencia

si al soñar, yo sueño solo

qué te place lo que molo

en lujurias que hago ciencia.

Para el gozo la paciencia

va nutriendo el largo aliento,

del deseo con que tiento

a tu piel cuando paseo,

por tu cuerpo cuál Morfeo

para darte lo que siento.

 

De lo escrito que han leído

la ficción me lo permite

y no hay ser que me limite

todo aquello que he aprendido.

No quiero ser divertido

ni tampoco ser muy serio,

no hay intriga ni misterio

al plasmar surrealismo,

si es tan solo un espejismo

del poeta y su criterio.

 

Autor: Mario Rodolfo Poblete Brezzo.