Rafael Parra Barrios

Solitario

 

Esa noche la vi feliz, 

cansado del trajin,

le dije, me quiero ir.

Llévame a casa, amor,

era mi petición,

mi inusitado clamor.

Algo superior me indicaba,

vete ya por favor,

mientras me veías 

con discolo furor.

No quise insistir.

Salí y tomé la vereda 

y solitario caminé 

la calle y su soledad.

Pensativo avanzaba

por las rúas.

Poca gente, poca luz,

escoltaban mi vicisitud,

que surgió de mi,

sin plan ni virtud.

Algo extraño germinó 

del singular adiós.

Cual ermitaño

llegué a mi destino, 

paraiso cercano.

Me sentí satisfecho 

y liviano.

Ya solo en mi cuarto,

pensando y orando

me arrodillé y existí, 

Allí me dije, 

no estás solo,

tienes tu gente,

amores y consuelos,

motivos y senderos.

Solitario ando,

me dije a mi,

estado ocasional,

que oteaba la fronda,

el mundo animal, 

porque eso somos

en la urbe social.