Envejecer con Dignidad
En el camino de la vida, sin prisa pero sin pausa,
Avanzamos con paso firme, hacia la aurora radiante,
Las arrugas que el tiempo trae consigo, son medallas ganadas,
En la batalla contra los días, en la historia que cada uno labra.
Envejecer con dignidad es aceptar el fluir del río,
Ver las hojas del otoño como trofeos merecidos,
Caminar con la cabeza en alto, con la experiencia como guía,
Y en cada arruga y cana, llevar la vida tejida.
Las huellas en el rostro son historias por contar,
Cada línea es un capítulo, cada arruga es un relato,
Los años son capaces de pulir el ser como el viento a la roca,
Y envejecer con dignidad es abrazar cada cambio con boca y alma.
La belleza reside en el amor propio y la aceptación,
No en los cánones efímeros que cambian con las estaciones,
La verdadera esencia perdura más allá de la piel,
Es el brillo en los ojos, el cariño en las palabras que revela lo real.
Que las canas sean hilos de sabiduría y experiencia,
Los achaques sean recordatorios de la fortaleza,
Envejecer con dignidad es un arte que se aprende con paciencia,
Es abrazar cada día como un regalo, con gratitud y complacencia.
Así que avancemos en esta danza que el tiempo nos regala,
Con pasos marcados por risas, lágrimas y esperanza,
Envejecer con dignidad es abrazar la vida sin temor,
Porque cada arruga cuenta la historia de un amor.