Me senté en lo que entendí era el borde de la locura, respiré profundo esperando que el aire se acabara, pero el maldito aire seguía ahí y el abismo también.
Quise llorar, tener ese momento esclarecedor que muchos logran y entienden por fin su vida, entrar en una epifanía y ver más allá de lo que mis ojos vieron ayer y verán mañana…
Pero no, seguía ahí sentada y la sin razón frente a mí, pensé que si hacía una oración algo sucedería, pero a quién y qué iba a pedir, una acción de gracias entonces, pero a las personas que les agradecía algo se los hice saber y ya nada dentro estaba pendiente.
El inmóvil y vasto abismo del no saber y no tener un lugar, era lo único que me pertenecía en ese momento, entonces lo tomé todo en los ojos como si me estuviese tragando la muerte y empecé a caminar…
Ahora no es que tenga una respuesta, ni un motivo pero al menos no tengo miedo, ya no hay nada más grande fuera de mí , ya no hay abismos que me inviten a caer, ahora yo soy el abismo.