No puedo
dejar marchar a tus besos,
mas quién sabe si esto
es mera guillotina
que todo lo termina
o lo renace.
Si vuelo...
quizá tejamos otro día
un nido juntos.
No sé si plantear
o ni acercarme a plantar
esa posibilidad
de alejarme...
Nadie tiene mi respuesta,
aunque mi pregunta acorazonada
el mismo corazón la calla.
Mas también hay calle
que lleva a otro puerto.
Solo soy uno más
de esta vida,
perdido en esto.
Aún escucho a nuestros ecos
aquellos risueños
llenos de sueños...
Todo parece que ha acabado,
mas empieza
y me vuelve a quebrar...
con esta añoranza de lo perdido.
Solo...
he vuelto.
Solo, quiero llorar
porque no sé quién es el real.
Si esta voz que tortura
o el pecho abriendo caminos,
mas estoy seguro en este...
mas otro me llama.
No quiero otros besos
de la misma forma que los tuyos
y si son así
que sean otra vez nuestros.
Quizá, cuando el poniente amaine,
al pasto de cada una de nuestras sierras...
lo acompañarán matas y árboles,
y los pajarillos viajarán
entre nuestros senos.
El canto siempre estará
en los corazones.
Si nos marchamos,
volveremos en sus aleteos
germinando las semillas
de los árboles de nuestro amor.
Papá,
te echo de menos,
tengo gente en todas partes,
pero, a veces,
me siento más solo que la una.
Tú me dictas parte de estas letras.
Sé que tengo el don
de unirme al corazón de esta tierra,
labrar con palabras
los campos que tú sembraste.
Me la suda la gente,
pero quiero ayudarles.
Ya que esta hermosura
quitaría sus cadenas
al sentir el viento
acariciar sus rostros.
No sé si caminar solo
o a tu vera,
pero recuerdo tu sonrisa,
bello canto de abeja en flor.
Siempre soy brisa.
Quizá una etapa
para volver a tu risa.
Yo no tengo dudas de que te amo
ni de que siempre te amaré.
Yo solo tengo dudas
de si son verdaderas dudas
o la ansiedad llamando otra vez.
La brisa atraviesa mis rejas,
el preso se encabrita,
se postra contra los barrotes
y suplica este agua bendita.
Quizá en lo viejo
encuentre lo nuevo.
O el canto de los grillos
implore el verdadero destino:
\"Caminante no hay camino\",
se hace camino al soñar...
Yo no miento,
te amo.
No finjo,
te estimo.
Eres mi compañera.
Siempre amaré,
aunque nuestros vuelos
surcasen distintos cielos.
Al final, es el mismo
y nos reencontraremos...
Quizá hagamos un nuevo nido
de amor
que diluya al canto
del cuco opresor
y nuestros hijos...
reconocerán sus rostros
en el estanque donde brilla la noche.