20 Sonetos de Terror
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
Seudónimo: EMYZAG
Soneto I
¡Oh, flor maldigo tu gran porvenir,
porque cuando lía y llega el final,
es cuando quiero más, sí, si es real,
real flor de terror das por morir,
flor del alto cobre que viste a rosa,
y que su aroma no es de flor espesa,
sino que su aroma aterra y apesta,
a un sin número de vil rosa hermosa,
y cuando veo el fin de tu camino,
es como terror y horror, sí, el final,
cuando es sólo amor y único destino,
cuando vas ennegrecer con espina,
y tu mundo no es igual al real,
y si en terror la rosa marchita…!
Soneto II
¡Oh, miedo!, ¿por qué te me escondes de mí?,
si en la sabana o en la perdición yaces,
sí, en el miedo no es de ahora sino de antes,
ocurre el temor de ser muerto ante tí,
porque es que más empieza el temor de ser vivo,
y empiezas a decaer en el tormento,
cuando en el ocaso se gana el lamento,
y no hay mayor cosa que perder y pribo,
sí, a la vida y a la muerte de un espanto,
y tan seguro como la muerte misma,
quedo como el miedo imposible de encanto,
cuando el tiempo discurre con soledad,
es cuando comienza el miedo a descender,
y el miedo mata mi poca libertad…
Soneto III
Si el terror es como la oscura noche,
y es que va y viene en silencio y atormenta,
porque frustra el gran camino y no lamenta,
y es que tu destino fracase y trasnoche,
es terror y si viene como miedo,
será como el vil y el tenebroso oscuro,
en qué se viste de negro y no es por luto,
sino que es el terror y yo retrocedo,
y saber del frío destino y delgado,
y como la vez del fracaso incierto,
porque corre veloz como lo esperado,
camina lejos, pero, queda perfecto,
como lo es el terror en manos del odio,
y adyacente, pero, el terror es directo…
Soneto IV
Posiblemente es el horror que se vive,
si cuando el desenfreno quema la hoguera,
y en la pira se esconde la calavera,
ni nigromántica vive y ni desvive,
y porque en realidad yace mi miedo,
y porque ahí es donde todo es horror y horro,
si cuando el frío y el viento y yo corro,
en desvarío y me desmaya y procedo,
si yo al sentir el frío en la gran piel muerta,
y de un espanto de tal terror y furia,
si yo quedo y como la puerta abierta,
pero, la fría terquedad más me aferra,
y estoy en una gran y total euforia,
cuando se me cierra la inmensa puerta…
Soneto V
El terror es un espanto o un dolor,
no sé qué queda en certeza de amor,
si el frío no lo apacigua el calor,
cuando está el deseo en el interior,
espanto o terror o terror o espanto,
y cuando no se libera el gran alma,
y cuando no se encierra la tal calma,
espanto o terror, o terror o espanto,
si me da horror la vida muerta en vida,
y cuando la vida es vida y no muerte,
llegas del abismo por incomprendida,
no decides en ser ni albergar muerte,
si en la vida serás y sin herida,
y sin poder del terror yo despierte…
Soneto VI
Y de la vida y de la muerte el terror,
si es el vacío y sin grandes espacios,
si me dices que en los inmensos silencios,
y el alma está llena de un gran horror,
y es más la vil muerte que haces descender,
de los más oscuros y más tenebrosos,
mal instantes que lía en malos sosiegos,
el torrente en perecer sin trascender
la muerte lía y llega a derribar,
la vida y felicidad en cruel dolor,
en saber que el tiempo queda por callar,
y si la muerte es un sólo gran terror,
o un gran horror que deleita por morir,
si es que ocurre el extremo de un dolor…
Soneto VII
Imposible es creer que el dolor se va,
si por fortuna en el alma corre en ser,
con paz y ser feliz llega a perecer,
y se siente como se torna y se da,
si en el gran terror de dar muerte a las vidas,
es en poder ser las vil insistencias,
si el alma yace en reales ausencias,
y tan ricas como poder dar heridas,
y apacibles como heridas en pieles,
y no se derraman las inmensas curas,
y sino sanas el dolor cuando quieres,
y la muerte cuando llega y es que juras,
y sin que la hábil muerte no lía si hieres,
y llega la muerte y no en más ausencias…
Soneto VIII
Si muere la vida no quedará más tormento,
y sin más que la vida no da más que un destino,
y un terrible y tenebroso ocaso camino,
de un temor terror queda la vida por momento,
no mueras vida, que el temor no es para la vida,
en que el tierno espacio se deleita con la muerte,
¿y qué crees que quiere la muerte?, a tí tenerte,
pues, tú, no comiences la vida con herida,
que no somos dolor sino amor y sin ausencia,
y de la vida somos amor y ternura,
si entre frío y deseo el calor vive en presencia,
que somos ardientes y con más vida y con horro,
la libertad y es que desea benevolencia,
si en el malestar y en el dolor por vida corro…
Soneto IX
Soneto de muerte es creer que soy vivo,
pero, en la realidad es que estoy muerto,
y lo dice Dios en la Biblia por cierto,
si por la muerte es por algún motivo,
y por certeza de vivir es incierta,
cuando la puerta del Hades queda abierta,
como los pecados fríos en que advierta,
y que la razón es muerte desierta,
como frías tentaciones que aún mata,
como redentor de las aves que salva,
y como un derrumbe total si relata,
lo que aviva de la muerte y espanto,
cuando llegas y con la puerta arrebata,
lo que deja por tormento y desencanto…
Soneto X
La vida revive como revive la muerte,
y la puerta del cielo queda atemorizada,
de un eterno horror seguro es estar recordada,
y si en el trance indirecto y más se convierte…,
en un fuerte e inmenso desconsuelo y desenfreno,
en poder caer sobre el techo o en el tejado,
y dejar morir el frio camino por creado,
saber que las venas mueren por letal veneno,
es la vida que revive y revive a la muerte,
cuando por encomiendas de la vida uno muere,
y sin más ni más que la vida en muerte perece,
y si es el horror que da la muerte insegura,
y que tenemos todos ante Dios y el infierno,
cuando arde el frío entre las venas, en un invierno…
Soneto XI
Es un juego letal y mortífero,
y si es la rosa que no transige,
y si el alma es a su olor que exige,
es mi cuerpo y mi piel tan sincero,
la rosa corre en ser como un juego,
horror como inmortal es su pétalo,
si arde en el siniestro de un apétalo,
por un siniestro y cálido fuego,
se sincera mi alma como en calma,
deja de escribir sin tachadura,
y lo que es la flor sin más que el alma,
pero, logro y llega la locura,
sin premura del olor de una rosa,
quedo en la más inmensa tortura…
Soneto XII
La vida y la muerte quedan horrorizadas,
es un espantoso terror inmortalizados?,
y los esquemas de la muerte segura en sabios?,
de un instante de locura embriagando a las venas,
la vida y la muerte quedan y por lo peor,
en frío de tener un mañana de dolor,
de desamor y de un terror sin ser lo mejor,
un tiempo que caducó en toda vida de horror,
y mi fatal muerte es en álgido porvenir,
si en presente debate la espera de morir,
y en mañana de cierto terror buscar vivir,
vivir mejor que ayer, con trance directo amar,
amar con la muerte y sin bifurcar de un vivir,
creer que lo perfecto no detiene el morir…
Soneto XIII
Es el sonámbulo o es el fantasma de terror,
con su entrada triunfal hacia la casa de horror,
y no es por amor sino que entra por el dolor,
y con amor queda la vida muerte y sin calor,
el frío arde una muerte inesperada por fríos,
adyacente muerte y temor incierta en silencios,
un instante el temor encierran en desenfrenos,
caer del tejado o con la mancha de los venenos,
el frío acaecer la muerte en débil corazón,
la vida es muerte y la muerte es vida con razón,
el trance de la verdad es un infarto pasión,
así es la muerte, espere la muerte mi vivir,
triture y desbarate presencia en corazón,
el fantasma o sonámbulo de la vida a morir…
Soneto XIV
Las espinas de la rosa son fuerza y dolor,
son fortalezas y amarguras de temor,
con herida y entregar las fuerzas del dolor,
por ser herida y ser de la rosa su olor,
no calmas desesperación inocua en temor,
amar a las espinas como a las espigas,
el frío dolor cierra al tocar venas,
tentar dedo y palpar a la rosa del dolor,
si penetra el dolor en amarrar mis dedos,
y como espinas llenas de horror como la hiel,
instantes y sabios y peores momentos,
y se aterra el desconcierto frío de un temor,
en barrer del alma en suelo por donde es volar,
y quedo yo por espanto y por un temor…
Soneto XV
¡Oh, vida por ser un soneto de terror,
quedan mis venas de alcohol como luz al sol,
querrás el ocaso frío y sentir el control,
pero, mi mundo no es como el gélido horror,
como lo perfecto de la pura creación,
y de un Dios que por atormentada es más pasión,
deja el sonido de la voz en el corazón,
y amar como nunca deja fría desazón,
cuando la vida es vida y la muerte es muerte y vil,
y la osada atracción y querer el mal vivir,
lía la salvación en penumbras y en real,
si ocurre un silencio en ser soneto de terror,
cuando me das la vida insistente por morir,
si me dices que la vida es un eterno horror…!
Soneto XVI
Llanto de terror que no acaba con mi dolor,
es vida y tempestad en la sola soledad,
y desea lo infeliz y de una libertad,
cuando ocurre lo imperfecto y de mi clamor,
claramente eres como un Dios que cree en vivir,
si la muerte es espantosa como sin morir,
si ataca la muerte que la vida es revivir,
si la muerte cuando es resucitar por vivir,
lía el llanto frío en rostro de la muerte vil,
el escaque se torna exasperante ataque hábil,
y la muerte cierra la puerta como fusil,
y amar con amor sólo me dejas el correr,
en un terrible y hábil amor y tan sutil,
si la muerte acecha y por la vida volver…
Soneto XVII
Es el gran deseo lo que ahoga,
y mata lo que más atraviesa,
cuando es la vida la que regresa,
y fue en el cuello una inmensa soga,
es el zombie que asusta y atraganta,
a la vida en ojo desorbitado,
cuando encierra el temor habilitado,
y es el zombie en mar que desencanta,
y como lo es una grandiosa sombra,
de una sola y adyacente ceniza,
y encierra lo que deja en penumbra,
y fue el sol que no miró y paraliza,
el zombie advierte que más no alumbra,
si a la luz gana y la realiza...
Soneto XVIII
Inicialmente crees ser un fantasma,
cuando corres en ser como la fuerza,
y penetras desde el fondo a la lanza,
y soy sólo un deambulante que blasma,
con el correr del tiempo y ser inocente,
y cuando es amargo el mar y carente,
y de una sal que atraviesa si intente,
con el aire a la sal del mar suficiente,
no me dejes en sentir el silencio,
si eres un fantasma de tiempo sabio,
y soy un deambulante y reverencio,
cuando llegas a mí y lías lo agravio,
si me dices adiós con calma y recelo,
y yo con la sal del mar en mi labio…
Soneto XIX
Es el juego del alma y como el fuego,
y en la pira una sola calavera,
en que yo más quisiera y volviera,
en ser un ente como es éste juego,
es el alma se pierde en ser un ente,
cuando en la habitual forma se desgana,
se gana y pierde una flor en ventana,
y yo quedo como un débil presente,
en pira una calavera que es fea,
y yo con la virtud como ente humano,
yo quedo con la sola y mala pea,
y destrozando el camino de tiempo,
y de un mal porvenir y sin idea,
quedo y con la borrachera en el cuerpo…
Soneto XX
Una estrella flotante en el tiempo,
corre en ser como una luz oscura,
cuando más y en el trance perdura,
su luz en lo imperfecto del cuerpo,
el esqueleto aturde como huesudo,
cuando no borra lo más indeleble,
sus huesos como estrella inefable,
cuando obscurece su luz en desnudo,
el esqueleto y voluntad se mueve,
cuando se adhiere a la piel desnuda,
y si la estrella con luz compruebe,
y luz es oscura en ojos y anuda,
lo que deja caer como llueve,
si en el intercambio una luz ayuda…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
EMYZAG