En tiempo oscuro y maldito del alma,
más oscura y solitaria es tu suerte
que hízote violenta perder la calma
llevándote al fin a funesta muerte.
Ya cuando en pobreza tratas de reïr
escápase una lágrima furtiva,
ya cuando al vil destino vienes a herir
se duerme en quejas la ira vengativa.
Cuantos inviernos al viento has sufrido
sin un beso y sin su amoroso calor,
y masoquismo tú te has permitido
al recuerdo sólo de su miel olor.
¡Amar y ser amado, qué blasfemia!
Aún transuentemente el hombre busca
la paz y libertad en la pandemia;
armas de acero que en versos ataca
a simples corazones que deliran,
aullando a los vientos sorda locura,
ya rezando al Otro al tiempo que expiran.
Hipócritas se hacen llamar cordura,
no oyen ni advierten lamentos sinceros;
corazones marginados se pierden
en palabras de bocas sin senderos:
son verdades en versos que no entienden.
Heme aquí con mi eterno sufrimiento:
cuanto más aún pasado recuerdo,
más aumenta en universo el tormento;
mientras más el poder del hombre entiendo
más naufraga en tormentas mi memoria;
entre más matando enaltece y surge
se me pierde el Sant Grial de su historia.
Vacilantes imágenes que escoge,
arrogantes acciones que conducen...
y el alma triste se muere olvidada...
aunque a la vera mía van y crucen
ya mi voz de su amor está borrada.