Con el silencio
se rompen las tinieblas
y los recuerdos.
Éstos, estaban
durmiendo entre legañas
y con los años.
Tiempos vividos,
suspiros apagados,
brasas perennes.
Y todo un mundo
de sueños e ilusiones
que atrás quedaron.
Hoy los recuerdo,
un día, como tantos,
con mi tristeza.
Es duro el tiempo
que marcha del verano
hacia el otoño.
Pero es la vida,
me digo en un aparte
mientras se aleja.
Se va la vida,
y quedan los recuerdos
para el otoño.
Tristes migajas
de un tiempo ya pasado
y que se añora.
Pero ¡despierta!,
la vida continúa
y tú lo sabes.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/08/23