Mercedes Bou Ibáñez

De dioses y lacayos

 

Dioses

Si ves que a rezar te obliga
la sociedad en que vives,
será para que te prives
y vivas como una hormiga.
Escucha solo a quien diga
que a este mundo hemos venido,
por dos seres que han querido
en la cama estar un rato,
dando gusto al aparato
y por eso hemos nacido.

De Dios aunque no me ladre
he de mantenerme lejos,
para seguir los consejos
que siempre me dio mi madre.
Si algo ves que no te cuadre
no sigas como las monas,
te paras y reflexionas
sin creer en religiones
ni en todos esos hampones
con sus leyendas ramplonas.

Porque a los hombres someten
con sus necios argumentos
y los atan con los cuentos
que con calzador les meten.
Con certeza nos prometen.
de que en los cielos hay algo,
yo de esos chismes me salgo
y no vivo reprimida,
que para gozar la vida;
sin dioses yo bien me valgo.

De la vida lo importante
es saber poner los pies
del derecho y del revés
y mirar siempre adelante.
Y no haya ningún tunante
que viva de tu trabajo,
así que manda al carajo
a esos que los diezmos piden,
y, amigos nunca se olviden
que hay buitres que vuelan bajo.

Dios te dará con garrotes
si no sigues la ordenanza
de esos de la gorda panza
que se llaman sacerdotes.
Ganaras buenos azotes
si eres un chico muy malo
y en la cresta más de un palo
te llevarás por ateo
y te perderás, yo creo,
el cielo como regalo.

Y a los dioses olvidemos,
que son tan solo leyenda,
inventada por un menda
que nos tomó por bien memos.
Hora es ya de que lancemos
la sin razón por la borda
y hagamos la vista gorda
a lo que suene a divino
y no dirija el destino
ni siquiera el Sursumcorda.

Son los dioses un invento para someter al pobre
y quedarse con su cobre a golpe de puro cuento. 
Vive el listo del jumento y a costa suya se crece,
le hace creer que merece, él vivir a costa suya 
y pronto le mete bulla si su diezmo no le ofrece.

Mercedes Bou Ibáñez