Andando por mil caminos en busca de mi fortuna,
errante como la luna que busca cielo estrellado.
Conservaré lo soñado sin llevar maleta alguna,
viviendo solo por una promesa de mi pasado.
Promesa de mi pasado... recuerdos de madrugada,
destellos de la alborada reviven los sentimientos.
Sin recordar los lamentos al final de mi jornada
conservaré tu mirada como rosa de los vientos.
Como rosa de los vientos, sea de noche o de día
por siempre será mi guía aquella simple promesa.
Aquella que sigue ilesa consciente de su valía
como bella melodía que confines atraviesa.
¿Qué confines atraviesa esta promesa de amor?
pues tan grande es su fulgor que su luz todo calienta,
en tempestad o tormenta siempre conserva el calor
mantiene vivo el fervor de la fe que lo alimenta.
Por la fe que lo alimenta, mi promesa sigue viva
siendo la que me motiva a luchar contra mi suerte
¡Aunque nos llegue la muerte, la esperanza siempre aviva
mi promesa decisiva... de poder volver a verte!
D.R.