PREPÁRATE.
Un viaje... un viaje sin regreso realizan todos los poetas. Se van dando la espalda a caricias caribeñas, a respuestas singulares y azuladas emociones.
Solo es un viaje... simplemente sin destino, sin añoramientos, sin ninguna cercanía y de pocas realidades.
¿Me amaste? Pues prepárate con rosas para llevarlas al océano, allí donde gaviotas saben todo lo que pienso, lo que en cierta parte es cierto, pero nunca tan sincero.
De labores poco escritas, no saben los demás, ni entienden quienes creen que el secreto está en las frondas, en laderas o en los bosques. La vida es mucho más. Está escrita por las lágrimas y con algo más de sangre de un sensible redentor.
Pero tú estás acusado, en un programa anciano, visto casi por las causas de una lumbre agonizante.
Nosotros, los poetas, sabemos que hay un viaje donde no se nombre a nadie, en la tibieza de la muerte que querrá comunicarte que el dolor ha terminado, que no existen las llevadas una vez al pedestal o a la clara luna llena de dibujos en el mar.
...Y yo sé van a llevarme prontamente hacia las olas, conectado o conducido por la sombra enamorada de la suave y dulce amiga que jamás perdona a nadie.
No lo sabes, pero algún día sabrás... y sabrás que lo viviste, pero ya sin estar vivo.
Se acaba otra noche, y yo no quiero que otro rayo quiera hoy amanecer.