Aunque estés en la lejanía,
mi voz ya débil y desecha y angustiada te llama.
Aunque mis palabras no tengan ya armonía,
mi voz ya trémula te busca en lo ardiente de una flama.
Aunque la ilusión en mi interior renacía,
mi voz del silencio ya gastada, no acepta la soledad en mí cama.
Aunque las lágrimas arrebatadas y en luto fueran una elegía,
mi voz susurrante te busca como la vida busca al que ama.