Historia de terror

        Hay estaba tirada en el parque. La señora morales. No podría comprender con una mujer de tanta reputación, podría estar tirada en el parque de cierta forma.

 

Creía que no sentía nada, por esta mujer. Ella era solo su maestra de piano. Pero tan bien hubiera creado un vínculo de amistad.

Ella le abrió sus puertas, con tanto amor. Cada tarde tocaba el piano en su casa. Tan bien le enseño otros instrumentos, asta un poco de álgebra.

 

El café y el té era excelente, una consejera y amiga. Y hay estaba, tirada en el parque. Con una bolsa de naranjas. Apenas se podía mover, estaba casi paralizada. Ella sería casi perfecta, si no fuera por su adición al opioide.

 

No entendía como alguien como ella caería tan bajo. Pero el maldito FENTANILO estaba comiendo media Filadelfia y nadie hacía absolutamente nada. Era una gran Azaña, cargarla solo. Ya que ella era una mujer muy gruesa. Se Trajo su carretilla y la metió al coche. Todo el ahorro de la alcancía con la que pagaría la clínica y unos dólares mas.

 

Pensó en una clínica estaría mejor, que en un hospital. En su mente solo había un pensamiento, salvar a la señora morales.