20 Sonetos Eróticos
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
Seudónimo: EMYZAG
Soneto I
La carne me hace tentar mi sentido,
cuando me das un beso vehemente,
y me haces amar eróticamente,
con tu piel y con tu carne inhibido,
y amo a tus muslos en sensación fría,
y con mis labios y el alma que te ama,
sin derretir el aire no desama,
mi alma con tus besos no pararía,
de amarte más y más en más silencio,
cuando eres la flor del río que bebo,
y del ocaso muero por tu labio,
que se sonroja y más te beso en sabio,
y de un momento a otro de tu piel pruebo,
si das y callas y no es un agravio…
Soneto II
Y tu piel desnuda me hace sentir alegría,
cuando por final te tengo y amando en el lecho,
es mi deseo poseerte en mi lindo pecho,
pero, sólo tú, me das la triste alma tan fría,
tú no desampares mi bondad que voy por tí,
a amar a ese cuerpo desnudo sobre mi cuerpo,
y es el amor de tu piel y no acaba en mal tiempo,
tú no querrás ser como lo que eres para mí,
sólo déjate amarrar al corazón en frío,
ámame en gélido viento y, también, así se ama,
cuando en el tiempo y el ocaso es tanto delirio,
sólo tú, ven y ámame y tendrás lo que se besa,
tu alma y un cuerpo desnudo en espacio vacío,
si sólo tú y tú, nada más que tú a mí, ¡regresa…!
Soneto III
Tus caderas son un movimiento constante,
sí, tú, muévete como el tambor si más suena,
y si tus pies no me hacen amarte y más truena,
sólo dame el silencio atroz y penitente,
y amas con tus muslos abiertos en eterno,
sí, en la eternidad que me das en el sentido,
y cuando sólo hay y existe calor prohibido,
pero, entre tus muslos hay fuego del averno,
lo libidinoso me hace sentir pavoroso,
pero, el pudor puede más que el mismo capricho,
si tu cuerpo me hace sentir lo fabuloso,
de pertenecer a tus muslos en desdicho,
pero, viene el buen deseo por impetuoso,
y llega el viernes y voy a amarte en predicho…
Soneto IV
Tus ojos de luz me hacen sentir libidinoso,
cuando mis ojos creen en el arte de amarte,
deja de mirar el lucero por entregarte,
y deseos carnales de amor más impetuoso,
sólo deja ver la luz en tus ojos el arte,
si cuando es el son y más aparte por más espera,
con luz sobre el pecho desnudo que desespera,
como la luz entre tus ojos y poder verte,
sí, en el alma hay una fuerza que es insoportable,
y tus muslos hacen lo que jamás ni nunca,
es una fuerza de entrelazar lo inevitable,
y amar es como un alma estratégica fuerte,
si deleita la vida como un beso indeleble,
que jamás se ama en el corazón ¡poder amarte…!
Soneto V
Y en tus labios un buen sabor,
que encierra el doble de silencios,
cuando te amo con buenos precios,
y el alma tiene todo el amor,
no es dolor si puedo comprar,
amor, piel y cuerpo en caprichos,
y siendo exóticos los besos,
te tengo en tentación y amar,
pero, no supe que te vendes,
como cosa por entregar,
piel en sentido en los peores...,
y caprichos besos que doy,
cuando soy por tí el comprador,
de amar quiero, si tu amor soy…
Soneto VI
Si en tus grandes adentros me hacen amarte,
y tus grandes caderas me hacen navegarte,
y tus inmensos ojos me hacen extrañarte,
si cuando más a la rosa puedo entregarte,
si en tus pechos me hacen revivir y sentir,
el fuego que arde con el alma derretir,
cuando en el instante se siente por vivir,
sí, tus pechos, ¡ay, de tus pechos!, es morir,
si es alarde el sabor con ritmo cadencial,
entre caderas y pechos me haces amar,
logras derretir ocaso por especial,
liberas el aire o el viento de tu besar,
es como un desastre entre tu vientre habitual,
y es querer amar y el corazón entregar…
Soneto VII
Tu cuerpo y tu mundo es como el ocaso del sol,
una euforia que desatas contra voluntad,
con una fuerza extrasensorial por libertad,
cuando arden en adentros tus pechos en control,
sí, déjame sentir en la alborada tus besos,
como lluvia derramada en tu cálida piel,
y destrozando el suave delirio y siendo fiel,
tu celo en vida consciente como esos silencios,
que arde y el fuego siniestro y tan perpetrador,
que acecha mi voluntad en saber discernir,
que encierra tu cuerpo como saber del dolor,
si cuando en el afán de amar quedas con amor,
buscar en tiempo un calor que enredas con tu olor,
y por entregar los celos de tu alma en clamor…
Soneto VIII
Si tus silencios y tu cama de mujer,
si me haces delirar con frío y suavidad,
sí, en la misma piel y con tu gran soledad,
si me hablas y con tu propio amanecer,
si sólo llévame lejos de tu vivir,
y más sobre tu lecho y tu más perecer,
es como derretir tu más fuerza, ¡oh, mujer!,
si en el sólo desaire me dejas morir,
si en el aire y en el viento haces delirar,
y suave como el mismo deseo vibrar,
cuando sólo el mal desenlace haces callar,
cuando eróticamente tú me haces crecer,
lograr ir al cielo en tu mundo por pensar,
y hacer sólo un momento querer en volver…
Soneto IX
Mi garganta y mis labios están en redención,
y amando lo que nunca y jamás a tus labios,
y en una clara y vil seducción en más silencios,
tú me haces vibrar y con mucha bella pasión,
y en el corazón arder con sexo y placer,
cuando es sólo mi sexo un nexo o un flavo color,
y entre tus adentros amándote con dolor,
si cuando se aferra el buen sabor en querer...,
con suave claridad en creer en deleitar,
con el sabor de tus besos calmar mi ansiedad,
y saber que eres mi cruel y terrible esperar,
si el alma y el corazón no tiene libertad,
es cuando en la débil razón se pierde el callar,
sí te amo cuando el placer me da felicidad…
Soneto X
Si me enloqueces como un tormento,
si erótico es el desnudo en mi pecho,
eres el hombre que busco en mi lecho,
es derribar un sólo lamento,
en los besos y la piel y el cuerpo,
sólo dame de tu sexo el nexo,
y que la luz queda sólo en flexo,
si nos amamos en alma y tiempo,
solamente discurre el deseo,
de entrever el delirio y socava,
dentro del imperio que poseo,
cuando arde lo que más quema y veo,
si en voluntad y delirio no acaba,
entre mi risa, piel y me mareo…
Soneto XI
¡Oh, vida mía si eres sólo mía!,
y en la cama una seducción que lía,
y cuando eres totalmente alegría,
vehemente te beso con piel fría,
cuando corroe en tu piel infinita,
el placer del sexo como mujer,
y en tu pobre y más delicado ser,
se abre una solitaria paz bonita,
y cuando en el ocaso se desviste,
sin fuerza de un sólo sol en ocaso,
y como el sexo de tu piel se siente,
si lo que dejas más es ser amante,
y cuando en un sólo tierno escaso,
deleita el alma y la luz se convierte…
Soneto XII
El erotismo de tus pechos,
me hacen sentir su suavidad,
suavidad y su felicidad,
y yo palpando con mis labios,
sí, a tus pechos me hacen sentir,
lo más fuerte de estar y amar,
saber que no puedo callar,
lo que deseo presentir,
un erotismo de tus pechos,
puntiagudos, audaz y reviven,
como al lado eficaz y en silencios,
sí, son tus pechos con mis labios,
paseo por piel y cuando hieren,
tus pechos en mis labios sabios…
Soneto XIII
La ira en mi pecho y en mis sentidos,
y me hacen creer en tus caderas,
en movimiento como cucharas,
deseando abrir luz en silencios,
tus muslos derribando a mis labios,
sedientos de sudor como fuerzas,
si estoy entre vehementes caricias,
con labios mirarte en instantes sabios,
creer que en labios es un carmín,
si hacen un erotismo en mis labios,
ser fantasma y caer en un confín...,
sedientos de una sola seducción,
y eres mi espalda un terrible festín,
desnudando lo que haces con pasión…
Soneto XIV
Estás dentro de mi ser, ¡oh, mujer!,
con tus labios entregar corazón,
y llenarte de una bella pasión,
en imperio sosegado de tu ser,
desnudas el alma en un santiamén,
pensando sólo en hacer del amor,
un desastre del cielo con dolor,
pero, sólo le pedí a Dios un amén,
un amén de tus clandestinos besos,
y en eternidades me abres los sesos,
de sola desnudez en mis lindos ojos,
pierdo por tu belleza corporal,
y desatando ira y franqueza en sabios,
momentos de la ira en vida leal…
Soneto XV
Imposible fue en creer que tu cuerpo es mío,
si me besas con esos labios de escarlata,
sonrojan en un confín de ideas de plata,
si es un total desaire si soy un impío,
no esperes a que mi sexo en nexo despierte,
cuando mis labios poseen placer extremo,
por besar a tu cuerpo y a tus labios temo,
cuando mi razón y mi corazón advierte,
en un sólo corazón amando con tiempo,
cuando mi alma va en más e inmensa gran locura,
si mi alma y mi corazón peleén tu cuerpo,
no desanimes el erotismo en tu pecho,
cuando pueda yo beber del río en tortura
y de tus labios por más en mi pobre lecho…
Soneto XVI
Y mis labios en cruel destino,
y si llevan en un sinónimo,
de cruel sentencia en un sólo ánimo,
si cuando el alma es un camino,
mis pechos abren en silencio,
al compás quererte en eterno...,
desastre en que soy un averno,
y cálido soy sol en labio,
si porque sí en el cruel embate,
siento en pecho lo sensual dulce,
y tus labios y en un empate?,
mi razón y corazón arde,
cuando el alma abre un agridulce,
sabor en labios dan por alarde…
Soneto XVII
Si en mis labios no calman el besarte,
usted no tendrá más que el cruel destino,
y en tu cruel y terrible gran camino,
mis labios por todo tu cuerpo amándote,
no descarriles mi emoción si te beso,
sí, en los labios deseándote mi calma,
y en mi coraza descubrir a mi alma,
si más dentro de la gran pasión te amo,
y sin más que el transcurso del tiempo,
no calmes mi pesar en el ocaso,
si mis besos te besan en el cuerpo,
sin fatal desenlace y sin fracaso,
es besarte más en el tiempo lempo,
cuando por tí y por mí va piel y arraso…
Soneto XVIII
Es el aroma de tu inmensa piel,
que me hace descubrir tu ser leal,
cuando soy por tí tan vil y real,
cuando soy por mí tan cruelmente fiel,
sólo dame del sexo tu placer,
y por ser tu bondad sabes que me irritas,
cuando en tu más nexo y sexo me callas,
si sólo otorgas tu ser, oh, mujer,
dame el silencio de tu boca y callar,
cuando dejas de tu cuerpo el saber,
de un sabor a fresas y en tí pensar,
a ese sabor que me hace deleitar,
cuando ocurre el desconcierto perecer,
soy fiel con tus labios en mi besar…
Soneto XIX
No descubras mi temor hacia tu pecho,
cuando mi rencor va hacia el querer deseo,
y cuando en tus muslos sedientos poseo,
y lo que más me quema un fuego en mi lecho,
y desnudando a mi gran voluntad quiero,
de deseos vivos en que yo gano,
a tus labios sedientos sin ser en vano,
si en mi sólo destino a mi alma yo hiero...,
si acero leal a mi amor indeleble,
y sin poder borrar estoy del camino,
inerte y un sosiego es inexplicable,
cuando quedo como un inmenso soneto,
deja el erotismo en labios y sediento,
y de un sólo amor quedo sin un lamento…
Soneto XX
Cuando el ritmo exhala de tu boca,
siento el deseo libidinoso,
si arde en mi sexo lo fabuloso,
y yace el tormento lo que me toca,
tus labios de deseos y tan suave,
como en el perecer del encanto,
y un total desvarío desencanto,
un altercado y razón sin agrave,
a mi fría voluntad en tu pecho,
y sediento de un beso clandestino,
quedo atado sin destino derecho,
cuando en tus labios se abre el camino,
y desnudando el comienzo en mi lecho,
me siento embargado en cruel desatino…