En un lugar de mi habitación, en mi mundo infantil,
un barquito de papel, joya sin igual.
Con mis manos pequeñas, con mi corazón gentil,
le di vida a la magia en este barquito especial.
De colores brillantes, con dibujos de pasión,
mi barquito de papel, mi fiel compañero,
navega por mares de mi imaginación,
en un viaje sin fin, en un mundo sincero.
Sus velas de papel se abren con alegría,
cuando el viento de sueños sopla con pasión,
y en las aguas de la infancia, mi barquito guía,
navegando con risas y melodías en mi canción.
A veces lo hago saltar en charcos de lluvia,
y bajo la luna llena, le canto una canción,
mi barquito de papel, mi dulce compañía,
navega en mi corazón con pura devoción.
En días grises, cuando el sol no quiere brillar,
mi barquito de papel me da esperanza y luz,
y en su fragilidad, me enseña a confiar,
que, en el papel de la vida, el amor es la cruz.
Oh, mi barquito de papel, tesoro singular,
en mi niñez, en mi mundo, eres mi linterna y guía,
navegamos juntos, sin temor ni pesar,
y en tu fragilidad, encuentro la poesía.
Así que, en mi mente infantil, mi corazón leal,
siempre tendrás un puerto, un hogar en mi ser,
mi barquito de papel, en tu viaje esencial,
te cuidaré con amor, mientras pueda crecer.
Mi barquito de papel, en mi infancia radiante,
navegaremos juntos, sin dejar de soñar,
en la eterna travesía de la vida fragante,
siempre serás mi barco, mi anhelo al navegar.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
(El ángel de los sueños)
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