Que hermoso sonido habita en el silencio.
Que hermosa parece está ataraxia:
más allá de los afanes de este mundo de pulpos
que hacen malabares.
Me había negado a escribir más...
Los mal llamados versos que encadenó en estas oraciones.
Sin ninguna inspiración
donde me avergüenzo de llamarlo poesía.
Anuncian la inevitable agonía,
de mi falta de sentir o mejor dicho:
la nula emoción visceral de saberme expresar.
Citando al Drácula de Bram Stoker,
\"Si ustedes vieran con mis ojos y supieran con mi conocimiento,
posiblemente entenderían mejor\".
La envidia que me carcome al leer poetas antiguos.
El asombro de ciertos escritos de mis contemporáneos
que crean hermosas letras que yo no poseo.
Pero en este silencio, en este limbo donde me encuentro,
las apariencias se difuminan al escribir estas letras.
Y no parezco dudar de mi falta de talento...
y parece ser; solo parece, pues no lo sé: me dejo llevar.
Aunque debo concluir,
antes de que mi prejuicio sobre mi talento:
desestime los vestigios de estas páginas sobre mi ánimo...
Y esta parte de mi historia se torne cenizas,
al ser abrazadas por el fuego fatuo de mi ego.