Hay un niño que camina solo por la calle.
Hay un niño de la mano de su madre.
Hay un niño que maneja alegre su bicicleta.
Hay un niño que tamborea y canta en su litera.
Como infortunio señalado por el destino,
a estos niños y a muchos en el mundo
el dolor crece y aparece a cada rato.
La naturaleza del dolor , es dolor dos veces
la condición del cautiverio y su martirio
es el dolor dos veces.
Jamás, hombres humanos ,
imagine sentir tanto dolor
en el pecho , en mis zapatos y en mi cartera ,
sentada en la butaca frente al cinema
con el grito de furor atorado en la garganta,
al ver sombras agazapadas en los confines,
generando tanta terror ,convertido en dolor maltrecho .
Con una cara , con mil caras y con carroña ;
hay hombres que tienen hambre y
tienen sed para saciar su hambre ,
y beben tras el cristal empañado
de lascivia y bestial lujuria,
la inocencia clara y cristalina de los niños .
y hay aquellos que cuál bandeja
podrida y nauseabunda ,
ofrecen a los buitres sin forma ni alma
Cuerpecitos tiernos , abiertos a la vida
mostrando sus sonrisas forzadas
para tentar y atraer a las aves de rapiña.
Cuánto cuestan ? Cuánto valen?
Cuestan? … un dólar , o un dolor quien sabe.
Valen ?… Sus vidas valen una fortuna,
que no se paga ni con especies , ni con dinero.
Son criaturas de Dios , Obra Divina.
Maltratarlos, ensuciarlos , traficarlos
corromperlos ,peor vender su ciencia
cuando ya no hay esencia,
es un delito, es un crimen, un pecado horrendo .
Para vengarlos el segundo círculo de Dante es un alivio
y el infierno de esta vida no chamuscaría la vil carne.
Solo a Dios le toca alzar la mano ,
en esta vida o en la otra,
esgrimir sin piedad el arma justiciera ,
para que el ente pestilente entienda
que Los Niños de Dios , no están en venta.