Flor tierna la limosnera,
mas marchita de dolores.
¿Qué sino le habrá tocado
y qué lides cuando joven
que hoy vive de los socorros
de las existencias nobles?
Su mano extendida pide;
su mirar gélido esconde,
y siente de cuando en cuando
la fría esperanza de un cobre.
Ay, quiera la Providencia
que su spes no se deshoje,
y sienta en su alma limpia
la santidad de los pobres.