Primavera era.
Invierno pareciera.
El frio mañanero
trajo la heladera,
el viento soplaba,
la lluvia cayera
sobre la cabeza
que asomar pudiera.
¡Mejor al abrigo
que salir ahí fuera!
El tiempo pasaba,
el calor no llega,
con ansia esperaba
que verano fuera,
porque ya en su vida
no habrá primavera.
Solo queda otoño.
El invierno… Dios quiera,
que nunca le llegue.
¡Mejor que se muera!